Evidentemente no es lo mismo tomar una pieza de fruta entera pensando que se puede sustituir por un zumo.
¿Zumo o la fruta entera?
La fruta entera produce mayor sensación de saciedad por lo tanto tiene una ventaja en el control del peso, e interviene en la regulación de la glucosa. Además la fruta presenta fibra, que es un es un factor de protección ante la obesidad.
Los zumos de fruta contienen menos fibra que la fruta entera, lo que se traduce en una baja ingesta de fibra. La fibra se localiza sobre todo en la piel y en la pulpa. Si la fruta se toma en zumo, no se aprovecha tanto la fibra, y menos aún si se tiene la costumbre de colarlo (la poca fibra que queda se elimina por completo).
Debe tenerse en cuenta también que, para hacer un zumo de naranja, por ejemplo, se necesitan al menos tres naranjas. Comerse tres naranjas enteras seguidas costaría mucho. Tomando un zumo, por tanto, se toman más calorías y más cantidad de azúcar de lo recomendable. Por ejemplo, una naranja puede pesar unos 200 gramos que, pelada, se convierten en unos 150 gramos. Para hacer un zumo de unos 200 mililitros necesitaremos al menos dos o tres naranjas, según la variedad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los estudios científicos corroboran una probable relación entre el consumo de zumos de frutas y la obesidad. Por tanto, es recomendable reducir el consumo de zumos de fruta.
Por lo tanto, el zumo resulta más fácil de tomar y se indicaría para los poco fruteros que no tengan problema con el peso, pero en general y por todos los motivos expuestos, se recomienda la fruta entera para los públicos.
El cuidado en tu alimentación, dirá mucho de ti, cuídate, cuídalos. #NaranjasAmparo