Las naranjas confitadas son un ingrediente imprescindible para la repostería casera y también para multitud de platos diferentes a los que queramos dar un toque especial, de manera que vamos a aprender a prepararlas a la vez que también analizaremos las muchas posibilidades que nos ofrecen a la hora de sacar partido a nuestros platos.
Confitar naranjas, escarchar y otros usos en la cocina
Lo cierto es que las naranjas confitadas nos dan mucho juego sobre todo en repostería casera, y es que, además de utilizar la propia naranja confitada, también podemos proceder a hacer naranjas escarchadas a partir de las primeras, ya que el proceso sería el mismo salvo que, durante el secado, añadiríamos más azúcar para que quede esa corteza tan sabrosa.
De cualquier manera, podemos utilizarlas en bizcochos, roscones y todo tipo de repostería casera, pastel de naranja, pasteles de frutas, tortitas, se puede consumir sola o con pequeños aderezos como la canela, podemos preparar platos como endivias con queso y naranja confitada, flan, podemos revestir con chocolate, incorporar a una tarta de almendras, aderezar rosquillas y prácticamente en cualquier otro plato o postre en el que queramos crear una interesante combinación de sabores y dar prioridad al dulce.
Paso a paso cómo hacer naranjas confitadas
Vamos a explicar, paso a paso, como hacer naranja confitada, ya que de esta manera tendremos siempre a nuestra disposición este fantástico ingrediente que sin duda va a dar el toque perfecto a cualquier receta o postre que queramos preparar en casa.
Comenzamos enumerando los ingredientes que vamos a necesitar:
- Naranjas: vamos a daros las proporciones para confitar una naranja de tamaño mediano.
- Azúcar: necesitaremos 150 g.
- Agua: unos 150 ml.
Antes de comenzar con la receta queremos hacer una pequeña puntualización, y es que la cantidad de azúcar no es proporcional a la cantidad de naranjas, es decir, con una naranja vamos a necesitar unos 150 g de azúcar, pero con dos naranjas nos bastará con 250 g, mientras que para tres naranjas puede ser suficiente con unos 300 g.
De cualquier manera, una vez que nos pongamos a cocinar podremos observar si necesitamos un poco más o con un poco menos sería suficiente.
Dicho esto vamos a explicar, paso a paso, como fabricar naranjas confitadas para nuestra repostería casera favorita:
- Lava bien las naranjas, ya que vamos a utilizar también su piel.
- Córtalas en rodajas de aproximadamente 3 mm de grosor.
- Busca una sartén que sea lo más ancha posible para que quepa la mayor cantidad de rodajas en el proceso.
- Echa el azúcar y vierte el agua en la sartén.
- Pon la sartén a calentar y espera a que el azúcar se disuelva.
- Una vez que se haya deshecho el azúcar, introduciremos las rodajas haciendo como mucho dos alturas.
- Tapamos y ponemos el fuego bajo durante aproximadamente una hora.
- Iremos echando un vistazo por si tenemos que añadir un poco más de agua.
- Sabremos que el proceso ha finalizado cuando la corteza de la naranja empiece a ser transparente.
- Una vez concluido, colocamos las rodajas en un recipiente y vertemos el almíbar, dejando enfriar a temperatura ambiente.
Cuando haya enfriado por completo, ya estarán listas para guardar en nuestra despensa o dejar secar, de manera que tenemos tres opciones:
- Guardar con el almíbar: Esta opción es ideal sobre todo si vamos a utilizar la naranja confitada para bizcochos, roscones y otros postres que requieran que la naranja entre en el horno, ya que de lo contrario quedarían muy secas e incluso se llegarían a quemar.
- Retirar el almíbar y dejar secar: Ideal para comerlas sin otros procesos de cocinado.
- Quitar el almíbar y añadir azúcar por encima: de manera que conforme se vayan secando se irán escarchando por lo que habremos fabricado naranja escarchada.
Ahora que ya sabes preparar las naranjas confitadas y conoces las muchas posibilidades que ofrecen en la cocina, es el momento de ponerte manos a la obra para disfrutar de este producto preparado con tus propias manos, ofreciendo así un mejor sabor y textura así como mayor frescura que será la que marque la diferencia en tu repostería casera.
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