La vitamina C es indispensable para el buen funcionamiento del organismo. Sin duda, esto ya lo sabes.
Los médicos de todo el mundo recomiendan ingerir fruta todos los días, y la naranja es una de las mejores. De hecho, te aporta una buena cantidad de esta vitamina, pero aquí es donde surge la pregunta. ¿Cuál es la cantidad adecuada?
¿Qué pasa si no tomas esta vitamina?
Antes de conocer la cantidad recomendada, es conveniente saber qué ocurre cuando el organismo no dispone de cantidad suficiente de esta vitamina. Es algo bastante raro actualmente, ya que hay una amplia variedad de alimentos donde encontrarla. No obstante, supón que has llegado al punto en el que padeces un déficit: ¿qué síntomas empezarías a notar?
En primera instancia, los síntomas no son muy molestos, incluso puede ser que no te dieras cuenta. Al fin y al cabo, tu organismo es más sabio de lo que crees y sabe aplicar contramedidas para aguantar, al menos durante un tiempo no muy largo. Empezarías a notar que el cabello se encuentra muy seco, más de lo normal; la piel se te volvería áspera, las heridas tardarían en cicatrizar, tus encías llegarían a sangrar y harías lo mismo por la nariz a menudo.
Al final terminarías por padecer escorbuto, una enfermedad muy común entre los marineros de la Edad Moderna y que, como supondrás, era fruto de un déficit de vitamina C. De hecho, cuando los barcos empezaron a cargar naranjas esta enfermedad dejó de ser común. Además, si llegaras a contraerla, seguramente te recomendarían hacerte con no pocas naranjas para zumo.
La cantidad adecuada
Esta es una vitamina hidrosoluble, lo que implica que se diluye bien en agua y que terminarás eliminándola con la orina. Así que, salvo que quieras padecer los síntomas antes descritos, más te vale hacerte con un buen suministro de naranjas de Valencia.
OJO: no tienes por qué comerte kilos y kilos al día, pues te afectaría negativamente el exceso de esta vitamina.
La cantidad recomendada para una persona adulta es de 80 miligramos cada día, la cual puedes conseguirse comiendo una o dos naranjas. Depende en buena medida del tamaño del fruto, pero dos de tamaño medio te aportan entre 110 y 150 miligramos de esta vitamina. Así, superarías con creces la cantidad recomendada. Pero no te preocupes, por pasarte por unos pocos miligramos no va a ocurrirte nada negativo.
Los expertos en nutrición recomiendan comer cinco piezas al día de fruta. La razón es muy convincente: ingerir todos o la mayor parte de los minerales y las vitaminas que el organismo necesita. La inmensa mayoría no requiere la ingestión de grandes cantidades, por eso se les conoce como micronutrientes. Así que no dudes en comprar los frutos suficientes, sobre todo que no te falte la naranja, y no padecerás ningún déficit vitamínico-mineral.
Además estarás más sano, pero procura no pasarte con las cantidades. Ahora que sabes la que debes tomar cada día y qué es lo que pasa cuando no lo haces, ¿no te surge la duda de qué ocurre cuando te pasas con la cantidad?
Consecuencias del exceso de vitamina C (y es que las naranjas de Valencia están tan ricas…)
No es muy frecuente, pero puede llegar a darse. Es posible que llegues a pasarte sin querer, cosa bastante comprensible porque ¡las naranjas están de muerte!
La dificultad de caer en un exceso de esta vitamina es muy simple: el cuerpo no la almacena. Por ello, ese exceso tiende a ser eliminado con la orina en poco tiempo.
No obstante, un exceso pertinaz de esta vitamina te afectaría al estómago, terminando por dolerte y provocarte diarreas. Al fin y al cabo, el cuerpo buscará eliminar esta sustancia por la vía más rápida. Esta es la razón de que sea tan complicado acumularla.
En el caso de los niños, estos pueden llegar a padecer hiperoxaluria, un trastorno en el que se acumula oxalato cálcico en los riñones, lo cual los daña, alterando además la función hepática y provocando una bajada de calcio en el organismo. Como ves, el exceso es peor en los niños que en los adultos, por lo que hay que tener mucho cuidado con las cantidades de vitamina que se les ofrecen.
Beneficios para el organismo de las naranjas para zumo ricas en esta vitamina
Más allá de su abundancia o déficit, la C es una vitamina que el cuerpo necesita sí o sí. Para empezar, es un antioxidante natural, lo que permite a las células mantenerse en buenas condiciones durante más tiempo. También participa en la cicatrización de tejidos y en la formación del colágeno y refuerza el sistema inmunitario.
Además, garantiza que la piel y el cuero cabelludo se mantengan sanos, ayuda a combatir y asimilar el colesterol, funciona como antihistamínico natural y mejora el control del nivel de azúcar en sangre. Por estos beneficios, y por los problemas que puede acarrear su carencia, es indispensable que cuentes con un buen suplemento de esta vitamina en tu día a día.
También ayuda a prevenir algunos tipos de cáncer, como los de pulmón, colon o mama, en especial si llevas a cabo una dieta rica en frutas. Asimismo, es un gran aliado contra el resfriado común y la gripe. No evitará que los sufras, pero sí paliará algunos efectos y la enfermedad durará menos días. Qué suerte, ¿verdad?
Incluso contribuye a evitar la degeneración macular en el globo ocular, algo que se produce según van pasando los años y que, por tanto, afecta a personas mayores. Una razón más para incluir naranjas y fruta en tu dieta diaria y en la de tu familia. Al fin y al cabo, va a ser muy difícil que te afecten negativamente y absorberás una gran cantidad de nutrientes indispensables.
Reflexiones finales
La vitamina C te ayuda a mantenerte sano y en buenas condiciones físicas. Ingiriéndola regularmente mantendrás alejado el fantasma del escorbuto y, como has visto, es muy difícil que llegues a padecer un exceso de esta vitamina. Al final, solo te aprovecharás de sus beneficios, algo que merece la pena.